Los beneficios del aceite de
incienso se atribuyen principalmente a sus propiedades antiinflamatorias,
astringentes, antisépticas, desinfectantes, digestivas, diuréticas y
expectorantes.
Se considera un tónico que
beneficia a todos los sistemas del cuerpo, incluyendo el digestivo,
respiratorio y nerviosos. También ayuda a la absorción de nutrientes y
fortalece tu sistema inmunitario. Ha resultado útil para mejorar la salud en:
·
La artritis y
la artritis reumatoide: según
una investigación realizada por científicos de la Universidad de Cardiff
el incienso puede inhibir la producción de moléculas inflamatorias claves,
ayudando a prevenir la descomposición del tejido de cartílago.
·
Catarros y
trastornos respiratorios: el aceite
puede despejar las vías respiratorias y pulmones y puede aliviar la
congestión.
·
Problemas de
salud oral: las cualidades antisépticas de
este aceite pueden ayudar a prevenir el mal aliento, caries, dolores de muelas,
llagas en la boca y otras infecciones.
·
Trastornos
digestivos: el aceite acelera la secreción
de jugos gástricos, bilis y ácidos y estimula el movimiento peristáltico para
que la comida se mueva correctamente a través de nuestro intestino.
·
Salud uterina: el aceite regula la producción de estrógeno en
las mujeres y reduce el riesgo de tumor después de la menopausia o la formación
del quiste en el útero. También regula el ciclo menstrual de las mujeres
pre menopáusicas
¿Cómo aplicar el aceite de incienso?
Los efectos y
beneficios del aceite esencial de incienso pueden ser adquiridos mediante la
aplicación tópica, inhalación (usando un difusor o vaporizador), o la ingestión
en pequeñas cantidades.
Para el alivio
del dolor, simplemente realiza un masaje con el aceite sobre las zonas afectadas.
Para tratar resfriados y despejar las vías
respiratorias utiliza un difusor o un inhalador. También puedes
rociar unas cuantas gotas en un paño limpio e inhalar el perfume o añadir el
aceite al agua de la bañera para disfrutar de un baño rejuvenecedor.